domingo, 4 de julio de 2010

Pasos para escribir una carta


La carta debe escribirse pensando sucesivas y continuas palabras que intentan converger en afectos y sentires plasmados al papel…

Cuándo el remitente comienza la carta, por lo general lo único que sabe del final de ésta, es que la dirección donde la envía es su destino. Más no piensa realmente en “la casa” como destino, sino más bien como medio para llegar a las manos, que feliz o quizás indiferente y en algunos casos hasta furiosamente reciben éste código; mezcla de lo antes citado.

PASOS PARA ESCRIBIR UNA CARTA:

Lo primero es lo más difícil… conozca a alguien y hágase amigo, o en su defecto colega, pariente y para los mas osados; está la opción de “confesor”,igual cuidado con esto… una vez que posee a quien escribirle, olvide por un tiempo las llamadas y visitas, ellas sólo estropean la majestuosidad que pueden ser las cartas, y las convierten en relatos repetidos de lo que le contó hace 4 horas al señor o señorita en cuestión mientras se lastraban una faina.

2) Una vez que ha olvidado de llamar y visitar lo suficiente. Viene la parte de recordar que algo se olvida, y por lo tanto se está cayendo en un descuido… en esté punto debe tener especial cuidado de no recordar lo olvidado aún… y sí su memoria atenta contra su carta, puede recurrir al disimulo; claro que el destinatario olerá en su carta ese “no se que” debido a esto y seguramente no relea nunca esas palabras, por encontrarlas compradas…

3) Extrañé, Melancolícese, tomé recuerdos… qué ahora si deben volver. Pero no necesariamente deben ser verídicos los recuerdos; mientras ellos sirvan para ponerle en un estado de nostalgia, alcanza y sobra. De hecho no hay mejor carta que la escrita con la memoriosa tarea, de recodar, la tristeza de la casa abandonada y el primer beso bajo su confidencia, o, del castillo de arena hecho en aquellas vacaciones a los 15; aún cuándo, la carta sea dirigida a un funcionario público.

4) _¡Compre un sobre!_ En este momento detendremos el relato para dar una observación _“¿Porqué las casas de correo no venden sobres?”_ es indignante llegar al correo con la carta cocinada y a punto tal que nos quema las manos de cargada con nostalgismos… y ahí llega uno con toda la vida rebosante de felices “tristes recuerdos” y la burocracia de un ineficiente empleado vestido con pañuelito azul o una camisa violeta nos golpea al decirnos “Mire que no vendo sobres” o un cortante y fatalista “así no la podes enviar, vas a tener que comprar un sobre” a lo que el remitente intentando no enfriar la obra responde “¿pero no tienen sobres?” ingenuidad que es aplastada con vocablos simples y por lo general monosílabos poniendo énfasis en su letra “principal o capital”_¡¡¡No!!!_ Y sigue la mirada de burócrata postal de “¿Me viste cara de librería o Todo Por 2 pesos?”. Todo esto conspira contra el envío del texto y hace que los nostálgicos se compren celulares que no usan nunca; sólo cada tiempo considerable para preguntar, si ya fue olvidado…

6) [o 5]- ¿Dónde queda el baño?- Importante cuándo Ud. Escribe una carta, luego de concluirla y comprar el sobre. ¡Porqué ya tiene la carta, no va a ser cosa que un tipo con moñito y camisa violeta le impida enviarla…! Después de conseguir todo lo necesario. Acuérdese de escribir bien los datos, que Ud. es el remitente, y que fulano o mengano aquel es el destinatario. No vaya a ser cosa qué como me paso a mí una vez se auto envíe cosas, al menos qué su deseo sea el de homenajearse [lo cual es bueno] o la ocasión lo amerite, como poner celosa a una muchacha enviándose cartas de una supuesta ex novia donde expresa (LEASE, Ud. se expresa a Ud. mismo, porque no sea cosa que se envíe la carta y olvide que Ud. la hizo, y deje a su actual muchacha por las fogosas palabras de una ex y luego de ir corriendo a los brazos de su amada se encuentre con que ella ésta con un empleado de correo y esperan “un paquete de nueve meses” digámoslo así, y Ud. se deba mandar más bien a la Quiaca “por carta certificada”).

Bien a lo que iba era que se fije si puso bien los datos y en ello también hay algo de emoción o confusión… Primero los datos suyos quedarán renegados al dorso del bendito sobre, que compró en la esquina de tres cuadras mas abajo porque en este grandioso mundo nunca, lea atentamente, NUNCA hay una librería frente el correo, siempre están 3 o 4 cuadras a la redonda y preferiblemente ocultas.

Las que están al lado del correo por regla sépalo nunca venderán sobres. Sí Ud. le pide un cuaderno con tapa de ornitorrinco mas que obvio lo tienen, pero pide un sobre blanco, porque no se le ocurra querer ser guapo y pedir un color como amarillo o verde, azul, basta con la insinuación de que pretende dar un poco de variedad a su pedido para que el vendedor le diga “Mejor vaya hasta…” Y perdió… Acaba de entrar mi amigo|a en una procesión que lo lleva hasta al lado de su casa que mágicamente esta semana trajeron algunos sobres. Y su discurso siempre será “Estamos probando a ver si se vende” con lo que seguro ¡Ahí! La próxima no hay.

¡No existe peor decisión que llenar el sobre en el correo! No hay lugar en el mundo postal que tenga una infraestructura para llenar cómodamente un sobre, de hecho ¡NO SE PUEDE HACER! Vea Ud. que pasa… primero, no tiene mesa o lugar donde apoyar la susodicha carta [o sea sobre + carta] con lo cual ya arrancamos con la necesidad de escribir entre las piernas acomodadas para apoyar el sobre o superficies planas, pero verticales o demasiadas cortas e incluso horizontales pero no planas_ ¿Resultado? Cartas escritas como si un médico diera la receta. Bien decíamos que Ud. y sus datos van atrás, y los del que recibe el bendito sobre adelante, con lo que una vez escrito los suyos, por que son los que mas conoce, [al menos que no sepa dónde cuernos vive ni como se llama, con lo que_ ¿Para que está enviando una carta?_ mejor intente recuperar su vida!!] Luego al pasar a escribir los del otro, los suyos sufrirán una transformación al estilo Kafka por ser apoyados en un lugar tan mal ubicado para escribir cosas…

Una vez finalizada la hazaña, con orgullo entrega la carta al empleado que la mira 3 segundos, la golpea con su sello y pega su estampilla, después obvio de preguntar “¿Cómo quiere que sea el envío?” a lo que responde Ud. que “Normalcito” mejor no aventurarse en las especificaciones de cada tipo de envío, sino el escritor de cartas desprevenido sufre del bombardeo de precios y gramajes, con los códigos y ofertas por cajas de 50 kilos…

Al final la carta se deposita en un buzón o queda peor… ahí muerta, al lado del operador que hace una señal como que pase otro y Ud. se queda con dos o tres sensaciones…

A) De que su carta no llegará más lejos que ese mostrador.

B) Que seguramente la deja al lado para luego reírse leyéndola mientras come bizcochitos de grasa y ve un programa de utilísima satelital.

C) ¿A todo esto… Dónde queda el baño?

  © Blogger template 'Minimalist E' by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP