lunes, 25 de agosto de 2008


Frankenstein escribe a Mary Shelley


parte II

La mañana la sorprendió mas despierta que ninguna otra, ahora su preocupación no era sobre que escribir… sino ¿cómo?, debía instruirse, la biblioteca del lugar cobro una importancia suprema, fue a ella y medito sobre algunos escritos que allí habían, y las frases jugaban en su cabeza y por primera vez leyó esa palabra METAFÍSICA y decidió que su personaje sería ya que esta parecería ser la rama mas adecuada para el saber que buscaba, un científico a su vez interesado en la metafísica…

[…]

Era la 8ª noche desde que Lord Byron había postulado escribir las historias y esa noche Shelley podía mostrar sus fructíferos inicios, luego de la cena comenzó a leer el boceto de su historia… y luego se dispuso a seguirla en su cuarto! Luego de entrar en el, y prender las velas otra vez ese ruido hizo eco en su ventanal, la fue a abrir y una ráfaga de viento le dio en el rostro, y apago las velas… afuera ni la luna ni las estrellas estaban colgadas en la inmensa bóveda negra, solo oscuridad y agua. Como pudo, cerró ambas hojas de los postigones…

Dentro una música suave comenzó, no venía de afuera sino como desde el mismísimo cuarto, Mary se extraño de ello pero supuso que el cansancio le estaba llegando a los límites, encendió las velas nuevamente y su luz le trajo tranquilidad acerco las manos para que la pequeña lumbre le calentase los dedos mojados, y vio extrañada que sus manos estaban algo hinchadas, se miro al espejo y un grito aterrador fue su única expresión… se veía con ese rostro que había soñado la noche anterior, era tan pero tan horrendo, se alejo del espejo y quedo quieta en un rincón. El piso era frío y húmedo, su cuerpo apenas entraba en la arista oscura donde se ocultaba, no podía ser cierto ella no era ese mismo monstruo, su alma se reconocía distinta a su cuerpo, ¿cómo podía despertarse?, seguro debía de estar dormida, o borracha, quizás la cena fue exuberante y le producía ahora esta ilusión.

¿Mí cuerpo podría ser falso? ¿Cómo podría darme cuenta entonces de sí estoy o no despierta?, -piensa Mary- pero todo es tan confuso como si un genio maligno la engañara para que piense que es el monstruo de sus pesadillas… tranquila, debo pensar tranquilamente -se repite para ella misma- acaso mi cuerpo no es ese que recuerdo, podría yo decir que existen dos Mary shelley? Una corpórea y una espíritu, y ésta que está oculta en el vértice de su habitación se¡¡¡ARSGGGHRRR!!! -Suelta un grito, o más bien algo gutural de su boca, y furiosa sale a la luz, mira de lleno su cuerpo hecho de partes amorfas e informes, la pluma sobre la mesa, confirma que no está loca que ella es Mary shelley quien escribe esa noche su historia… pero necesita recuperar su cuerpo perdido, se mira y observa sus manos, y fuertemente las aprieta, la ventana otra vez comienza a molestar con sus ruidos… pero nada es más importante ahora, ella sabe que podría bajar y buscar ayuda; Pero sería ayudada? Sus compañeros no huirían como en sus pesadillas ella lo hacía?.

La ventana golpea, y vuelve a golpear y otra vez, y ella gira su facciones, sus ojos miran a la ventana, entiende que hay algo allí irrisorio, fabulesco, que no anda bien… mira a la pluma y escribe lo que observa de si, escribe como se sentiría si recién fuera arrojada al universo y la Nada tratase de confundirla con la naturaleza, como a través del observarse puede reconstruir su historia, y luego se escribe a ella como se recuerda, se reconoce como hija de sus padres y mujer de su esposo, por tanto puede conformase nuevamente y con mas certeza que es Mary Shelley…

Con la pluma embebida en tinta “Frankenstein” como llama ahora a su obra, escribe a Shelley y la devuelve.

El día asoma por las grietas de las maderas, el sol esta vez si salio. Algunos rayos deciden bañarse en el rostro de Mary despertándola con sus manos manchadas de tinta y lo primero que hace es mirarlas fijas ante poniéndolas a los ases de luz… y sus ojos se llenan de lágrimas al verlas de regreso como siempre!!! Un alivio le calienta el pecho y la garganta… mira el papel y ve escrito todo lo de la noche anterior, descripciones, sentimientos y formas vistas a través sus ojos de Frankenstein…

El invierno terminó y Mary público su libro tiempo después... siendo la única que concluyo con la tarea, ese invierno antes de despedirse de sus amigos, Lord Byron diría irónicamente: “Que era sorprendente lo bien logrado que estaba su personaje, tanto como si fuera ella misma…” y Shelley sonreiría alegremente y con un brillo casi cómplice le respondería “Es que mi queridísimo señor, de día Mary Shelley escribía sobre Frankenstein y en las Noches, Frankenstein es quien escribía sobre Mary Shelley”


sábado, 23 de agosto de 2008



Frankenstein escribe a Mary Shelley

Parte I...

Mary Shelley escribía su Frankenstein un día que soltaba sus primeros parpadeos entre apagados soles, el ambiente de su cuarto era resguardado y poco ruidoso, donde se predisponía sola ante su propio ser buscar lo verdadero y ese lugar le resultaba perfecto para la transformación que debería hacer… esa noche y las anteriores se había sentido sumamente curiosa al golpe que los postigotes proporcionaban sobre su ventanal y de escuchar una y otra vez aquellas voces del otro lado.
Uno a uno los días pasaban y seguía sin poder concretar su historia de fantasmas, desafío que Lord Byron había lanzado ya, hace 7 noches…
La noche anterior no fue excepcional, en cuanto a clima… hubo mucha neblina seguida de una copiosa lluvia y otra vez estaba Mary frente a su cadáver incomprendido, ni empezado aún. Lo miraba una y otra, y otra vez como buscando encontrar sobre que escribir… o sobre quién, sobre un extraño? Sobre ella misma, acaso debía escribir sobre cuentos e historias viejas o sobre lo moderno?.

Tampoco faltaron los ruidos esa noche en el ventanal (y las voces seguramente de los demás invitados en el castillo que ya habrían dado color a sus historias!!).
No bajo a cenar y entrada la noche en si, las maderas de lo postigotes crujieron más de lo común, tanto como para que a Shelley que sentía tener la idea, y ésta asomaba a su descubrimiento se le perdía… frustrada dejo la pluma y el papel, necesitaba pensar; quería revelarse a su condición de ser
Cerró lo ojos y a su mente vino la imagen de sus pesadillas; aquellas que de niña la hacían tiritar de miedo, la figura de ese cuerpo horrendo, tan vació… tan lejos de parecer con vida… su piel amarillenta apenas si cubría sus músculos y arterias; sus cabellos sueltos eran de un negro lustroso, que terminaba de formar el panorama horrible esa mirada acuosa, que parecía casi del mismo color que las órbitas en las que estaban insertados sus ojos, con su tez marchita y labios negros y rígidos .

Corrió nuevamente al escritorio tomo la pluma y escribió “¡¡sobre ciencia!!”…sobre eso escribiría… ciencia pura, la ciencia de la vida, algo que al leerla los hombres sintieran que podría pasar en su pueblo o cuidad.

Mary Shelley se acomodo sobre el respaldo de su silla de mimbre exhausta, pero con un poco de miedo de cerrar los ojos; al fin los cerró y otra vez ese ser la miraba con esos ojos ausentes, movió la boca y musitó algunos sonidos mientras una sonrisa le plegaba las mejillas. Tal vez él habló, pero no lo escuchó
Así estuvo toda la noche, escribiendo y dormitando…

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